Tarros, succión y horror vacui

Autores:

Pablo Cassinello
Carlos Julio Sierra

En la campana de vacío se colocan dos tarros atravesados por sendos tubos. Uno de ellos está lleno de agua que llega hasta el tubito (foto 1) . El otro tiene agua y una pequeña capa de aire (foto 2). Al hacer el vacío sólo sale agua de este segundo tarro (foto 3).

¿Qué se pretende demostrar?

Al succionar mediante una pajita un líquido no se aspira el líquido, sino que se hace un vacío parcial. Entonces, la presión atmosférica empuja al líquido hacia fuera. Pero si el tarro con pajita o tubito tiene líquido hasta arriba y no puede entrar aire, entonces aunque se aspire o se haga el vacío, no sale líquido, demostrándose la falsedad de la antigua idea del “horror vacui”. No existe una tendencia de las sustancias a rellenar y tapar el vacío.

Dirigido a:

Secundaria y Universidad

Materiales necesarios:

Campana y bomba de vacío (manual o eléctrica). Dos tarros con tapa atravesada por un tubo o dos recipientes pequeños con cuentagotas con rosca

Riesgos:

No

Observaciones:

Esta misma experiencia también puede hacerse en un recipiente sencillo del que puede extraerse el aire manualmente (en tiendas de menaje). Se utilizan dos tarritos pequeños de vidrio tapados con cuentagotas. Se les corta con tijeras las perillas de goma por la mitad. Se empuja el tubo de vidrio interior hacia fuera para que sobresalga un poco. Uno de los tarros se llena de agua hasta arriba y en el otro se deja una capa pequeña de aire. Se ponen en el recipiente y al sacar el aire manualmente se ve que sólo sale agua del que tiene un poco de aire.