Descenso por una cuerda controlado “mentalmente”

Autores:

Rafael Garcia Molina (rgm@um.es)
Irene Pardo Cantos (i.pardocantos@um.es)
Arash Santiago Shamaeli Balanza (as.shamaelibalanza@um.es)
David Sánchez Fuentes (david.sanchez6@um.es)
Alejando Colchero Truniger (alejandro.colchero@um.es)
Clàudia Garcia Abril (claudia989897@gmail.com)
Marina Garcia Abril (marina10_92@hotmail.com)

Departamento de Física, Universidad de Murcia, 30100 Murcia

Preparación: Hay que perforar con cuidado la pelota, realizando un “túnel” cuya longitud sea un poco mayor que el radio de la pelota y que tenga una inclinación aproximada de 35º respecto de la dirección diametral. Por supuesto, la perforación del túnel no ha de sobresalir por el otro lado de la pelota. Seguidamente, se vuelve a perforar la pelota desde un punto diametralmente opuesto al que se realizó la perforación anterior. Hay que tener cuidado para  procurar que el final de ambos túneles coincidan dentro de la pelota. Así se tendrá, finalmente, un túnel único cuyo recorrido no será una línea recta, sino que formará un ángulo en el interior de la pelota.

A continuación hay que pasar la cuerda por el interior del túnel. Para ello, podemos servirnos del alambre.

En la figura 1 se muestra el esquema de la pelota atravesada por la cuerda.

Conviene atar un pequeño abalorio en cada extremo de la cuerda, para evitar que ésta se escape de la pelota cuando no se está usando.

Realización de la actividad: Se sujeta la cuerda por los extremos y se dispone verticalmente, de forma que la pelota caiga deslizando, tal como se ilustra en la figura 2.

La caída de la pelota puede detenerse sin más que tensar la cuerda (con disimulo, para que no lo note el público). En este caso, actúa una notable fuerza normal sobre los puntos de la cuerda en los cuales ésta cambia de dirección (las salidas del túnel al exterior y su esquina interior). Esto produce una fuerza de fricción que se opone al peso de la pelota y, por tanto, se puede detener su caída. Cuando la cuerda se destensa, el rozamiento se reduce de tal manera que la pelota puede caer deslizando a lo largo de la cuerda.

¿Qué se pretende demostrar?

Una pelota (de golf, o similar) desciende por una cuerda que la atraviesa, entrando por un punto y saliendo por otro diametralmente opuesto. Cuando la cuerda se dispone verticalmente, la pelota comienza a caer. Pero la persona que sostiene la cuerda puede detener la caída de la pelota a su voluntad, sin tocarla. Parece que ejerza un control mental sobre el descenso de la pelota. Pero realmente está usando sus conocimientos físicos sobre la fuerza de fricción para que pelota se detenga o se ponga en marcha a voluntad de quien sostiene la cuerda verticalmente.

Dirigido a:


    • Gran público

    • Secundaria

    Materiales necesarios:

    Pelota de golf (u otro objeto de dimensiones similares y fácil de taladrar);

    cuerda (delgada);

    taladro o barrena;

    alambre delgado;

    abalorios para colocar en los extremos de la cuerda.

    Riesgos:

    Hay que tener cuidado al taladrar la pelota, la cual no se debe sujetar con las manos mientras se perfora. Hay que usar una pinza de mesa o una herramienta similar para inmovilizar la pelota.

    Enlaces:


    o  Tom Tit, L’Oeuf hypnotisé, p. 227 en La Science Amusante (Deuxième Série), Paris, Librairie Larousse, 1892.

    Observaciones:

    Conviene realizar la experiencia dándole un toque humorístico.