Fuegos didácticos y recreativos: deflagración de licopodio.

o Fernando Ignacio de Prada Pérez de Azpeitia. (IES Las Lagunas. Rivas-Madrid).

– realizar un agujero en la parte inferior, que se tapará con un tapón de goma o corcho agujereado,

– introducir por el tapón un tubo de plástico,

– por el extremo interior del tubo se conectará un pequeño embudo de plástico, y por el extremo exterior se meterá una pajita muy larga,

– situar dentro de la lata, al otro lado el embudo, una pequeña vela con soporte para que se mantenga vertical.

Introducir las esporas de licopodio en el embudo situado dentro de la lata.
Encender, con el mechero de tubo largo, la velita situada en el interior de la lata.
Son necesarias dos personas, que actuen sincronizadas, para realizar el experimento. Mientras una cierra la lata herméticamente y da la señal de “listo”, la otra sopla con todas sus fuerzas por la pajita.
Como resultado de la combustión de las esporas de licopodio se origina una deflagración que produce una gran llamarada y hace saltar la tapa por los aires.

Esta demostración ilustra el peligro de las atmósferas cargadas de polvo combustible (fábricas de harina, minas de carbón) cuando se produce una chispa, debido a la influencia del grado de división de los reactivos en la velocidad de una reacción química.
Uno de los factores que influyen en la cinética de una reacción, es el grado de división de los reactivos. Cuanto mayor sea la superficie de contacto entre sus moléculas, en este caso entre el combustible que contienen las esporas de licopodio y el oxígeno que contiene el aire, mayor será el número de choques eficaces, y según la teoría de colisiones, mayor será la velocidad con la que se produce de la reacción.
Si además, la combustión del licopodio se produce en un recipiente cerrado, los gases calientes formados, aumentan la presión en el interior del recipiente (según la Ley de Gay-Lussac) y como resultado de esta presión la tapa salta por los aires.

Bote metálico con tapa, licopodio en polvo, vela pequeña, embudo, tubo de plástico, tapón, mechero de encender velas (con tubo largo), pajita de refresco muy larga, guantes y gafas de seguridad. Pequeño extintor.

Indicar a la persona que va a soplar por la pajita, que espere a la señal de la persona que haya encajado la tapa perfectamente, para que no sople antes de tiempo.
Es importante utilizar una pajita muy larga, para que la persona que sople por la pajita no esté muy cerca de la deflagración.
Establecer un perímetro de seguridad para el público de unos 2 metros de distancia.
Después de que haya saltado la tapa por el aires, no cogerla sin guantes. Estará muy caliente y puede quemar.

EL fuego como luminoso recurso didáctico. Prada Pérez de Azpeitia.EduQ. Nº2. (2009), pág. 11-15.
Experimentos de Química Clásica. The Royal Society of Chemistry. Editorial Síntesis. 2002, pág. 392-394.

En el siguientes enlace se puede observar una grabación del experimento realizado en Alcoy:https://youtu.be/qX1ezZNlpfs
En este otro enlace se muestra un vídeo de las llamaradas de azúcar en polvo, esparcido por un tubo tipo fuelle: https://youtu.be/i7G6k0Yy1N8

Si el experimento se realiza sin cerrar el bote, al espolvorear el polvo de licopodio del embudo, se producirá una gran llamarada, producto de la combustión de las sustancias químicas que contienen las esporas de lycopodio clavatum (aceites grasos, hidratos de carbono, etc.)
Un efecto semejante se obtiene si utilizamos harina o azucar en polvo (azúcar glass) que contiene sacarosa.
Si intentamos quemar un poco de licopodio depositado en una cápsula de porcelana (sin pulverizarlo) se comprueba que no arde fácilmente, como sucede al estar pulverizado.
El licopodio, por su suavidad, se utiliza en cosmética para las combatir las irritaciones en las pieles delicadas, y en forma de pildoras se utiliza por sus propiedades laxantes y dierúticas.
Al polvo de licopodio se le denomina azufre vegetal por su similitud con este elemento químico en cuanto al aspecto se refiere, pero su composición es totalmente diferente.
Las esporas de licopoido se han utilizado durante tiempo en la fabricación de productos pirotecnicos y en los espectáculos de magia.