Investigando en el cajón de las verduras

Autores:

Ignacio Mª García López-Doriga
Lourdes Gallardo González
Juan Jesús García López-Dóriga

Paredes celulares en súber de patata.

Cocemos una patata y tomamos un trozo de piel que colocaremos sobre un portaobjetos. Añadimos una gota de agua y colocamos encima un cubreobjetos.

Al microscopio vemos células vacías que recuerdan las celdillas de un panal, ya que se trata de células muertas en las que únicamente se conservan las paredes celulares.

Células de la epidermis de cebolla morada y de acelga.

Cogemos una de las hojas carnosas de la cebolla morada y, con la ayuda de unas pinzas, despegamos la membrana que está adherida en su cara externa convexa. Si queremos hacerlo con la acelga, bastará con extraer cuidadosamente, con la ayuda de un cutter, la epidermis de la penca (parte blanca correspondiente al pecíolo de las hojas de la acelga).

Cortamos un pequeño fragmento de la misma y colocamos la muestra sobre un portaobjetos, procurando que quede estirada. Ponemos una gota de agua sobre la muestra y colocamos encima un cubreobjetos.

Al microscopio vemos células vivas, íntimamente unidas entre sí. Las formas poliédricas que presentan son debidas a las paredes celulares rígidas que se localizan por fuera de la membrana plasmática. El punto que aparece marcado en su interior es el núcleo.

Estomas en la epidermis de puerro.

Cogemos una hoja de puerro y, con la ayuda de un cutter. tomamos un pequeño fragmento de la delgada película incolora (epidermis) arrancada del envés y la depositamos sobre un portaobjetos.

Añadimos una gota de agua, extendemos completamente la muestra. Y colocamos un cubreobjetos.

Al microscopio podemos observar los estomas con las dos células oclusivas de forma arriñonada y entre ambas el ostiolo, orificio por donde se produce el intercambio gaseoso.

Cromoplastos en tomate, pimiento y zanahoria.

Cortamos un pequeño trozo de tomate maduro, lo más rojo posible, pimiento rojo o zanahoria y cogemos una pequeña muestra de la pulpa en la zona directamente en contacto con la piel. Situamos la muestra sobre un portaobjetos y colocamos encima un cubreobjetos comprimiendo suavemente con los dedos hasta conseguir dispersar las células que permanecen en grumos.

Los cromoplastos que almacenan grandes cantidades de pigmentos, aparecen como gránulos de coloración rojiza en tomate y pimiento, y de coloración anaranjada en zanahoria.

Cloroplastos en tomate.

Cortamos un pequeño trozo de tomate lo más verde posible y cogemos una pequeña muestra de la pulpa en la zona directamente en contacto con la piel. Situamos la muestra sobre un portaobjetos y colocamos encima un cubreobjetos comprimiendo suavemente con los dedos hasta conseguir dispersar las células.

Los cloroplastos son los gránulos de color verde que podemos apreciar en el interior de las células.

Amiloplastos en patata.

Raspamos la superficie de corte de una patata y lo depositamos en un portaobjetos donde previamente hemos echado una gota de agua. Extendemos bien la muestra, añadimos una gota de Betadine y colocamos un cubreobjetos.

Al microscopio observamos los granos de almidón, teñidos de un intenso color azul violáceo. Los granos de almidón de la patata presentan las capas de crecimiento en bandas excéntricas alrededor del hilio.

Vasos conductores en lechuga y en acelga.

Realizamos varios cortes longitudinales, lo más delgados posible, en la zona del nervio central de la hoja de acelga o de lechuga.  Colocamos una de las muestras sobre un portaobjetos, añadimos una gota de agua y extendemos la muestra, y finalmente colocamos encima un cubreobjetos.

Al enfocar la zona de los vasos leñosos, aparecen un conjunto de tubos reforzados con anillos o espirales, son las tráqueas.

Cristales de oxalato de calcio en cebolla y en ajo.

Cortamos un fragmento de una hoja coriácea de aproximadamente 1 cm2 y lo colocamos sobre un portaobjetos en el que previamente hemos puesto una gota de agua y colocamos un  cubreobjetos.

Vemos las membranas de capas de células superpuestas. Enfocando con cuidado podemos distinguir unas formas poliédricas transparentes, con aspecto cristalino. Al enfocar en distintos planos se aprecian las caras  de estos cristales de oxalato cálcico, siendo frecuentes las formas macladas en cruz.

¿Qué se pretende demostrar?

Con la ayuda de un microscopio y echando mano del cajón de las verduras, vamos a observar células y tejidos vegetales.

Dirigido a:

Gran Público
Secundaria

Materiales necesarios:

Microscopio
Portaobjetos
Cubreobjetos
Betadine
Agua
Cutre
Pinzas
Cuentagotas
Muestras biológicas: patata, acelga, cebolla morada, tomate, pimiento, lechuga, puerro, zanahoria y ajo.

Riesgos:

La realización de las experiencias aquí descritas no conllevan ningún tipo de riesgo más allá de los derivados de la utilización del cutter y de la cocción de la patata.

Para saber más:

Libros de Biología y Geología de 1º de Bachillerato de cualquier editorial.

Observaciones:

Pueden realizarse preparaciones de gránulos de almidón de otras muestras vegetales (maíz, arroz, plátano…) y observar las diferentes formas que presentan.
La observación de vasos conductores puede requerir la realización de unas cuantas preparaciones hasta conseguir cortes lo suficientemente delgados como para poder ser observados al microscopio.